Nos acercamos a comer después de que nos lo recomendaran amigos que veranean en Denia. Pedimos entrantes y llandeta de pescado y bogavante.
Merece la pena probar la llandeta de peix, una caldereta de pescado y marisco para compartir, que es una auténtica delicia.
Aunque comimos en el comedor interior, tengo que decir que el lugar dispone de unas vistas espectaculares.
El servicio deja mucho que desear, aunque el camarero fue muy atento, tardaron mucho en traernos la llandeta, alargándose más de la cuenta la comida.
En definitiva una magnífica opción en Denia; en este caso aderezada con un ingrediente especial, que siempre mejora las comidas, nuestros amigos Raúl y Carolina con toda su familia. Un buen recuerdo para siempre.
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