Está decorado con mucho gusto, entre moderno, antiguo y rústico. Tiene un olivo precioso dentro de la sala, un muñeco de michelín y un plaimobil gigante...
Tiene de todo lo que carece el 90% de los restaurantes de Valencia. El servicio, se aprecian las ganas y la profesionalidad, y eso lleva a que el personal sea muy amable.
El local está muy nuevo, es muy bonito y tiene unos ventanales grandísimos por lo que es muy luminoso.
La comida está buenísima y presentada con elegancia y delicadeza. Todo bien servido y la comida bien presentada y sabrosa.
Por si fuera poco, el menú del día vale 12 euros, que bien merece la pena pagar frente a los 9,5-10€ que vale el resto de menús por los alrededores, porque desde el primer momento en que entras te están haciendo sentirte especial y agusto. Como detalle, ambiente tiene una vajilla y cubertería muy original.
Un detalle que no había visto nunca, dispone de un baño para niños, todo de su tamaño.
Es un local regentado por asiáticos pero desde luego un ejemplo a seguir en Valencia.
Las cartillas excelentes y un bacalao con ali oli gratinado, espectacular.
Muy recomendable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario