INGREDIENTES
- 1 huevo grande
- 30 ml de leche
- 30 ml de aceite de oliva virgen extra suave
- 15 ml de aguardiente - orujo
- La ralladura de un limón
- Un pellizco de sal
- 250 g de harina, más un par de cucharadas de reserva
- Grasa para freír (aceite de oliva, de girasol o incluso manteca de cerdo)
- Azúcar
Batir el huevo con unas varillas en un bol grande.
Añadir la leche, el aceite y el licor, batiendo bien para obtener un líquido homogéneo. Agregar la pizca de sal y la ralladura de limón.
Incorporar la harina en dos o tres veces, mezclando bien tras cada adición. Cuando empiece a espesarse amasar con la mano hasta incorporar toda la harina. La masa debe ser lisa y blanda pero no pegajosa. En caso de que se pegue a la mano añadir harina cucharada a cucharada hasta conseguir que no se agarre.
Coger pedazos del tamaño de una nuez y redondearlos entre las palmas de la mano.
Preparar una sartén para freír con unos dos dedos de aceite. Calentar a fuego medio-alto.
Untar muy ligeramente de aceite la encimara o superficie de trabajo. Hacer lo mismo con el rodillo.
Ir estirando las bolas de masa mientras se caliente la sartén. Que queden lo más finas posible, de 1 mm de grosor.
Cuando el aceite esté listo, ir echando en él con cuidado las orejas estiradas para que no se rompan. De una en una o más, dependiendo del tamaño de la sartén.
Darles la vuelta cuando estén doradas y dejar que se hagan por el otro lado.
Cuando estén hechas, sacarlas a un plato sobre papel absorbente y espolvorear
con azúcar.
con azúcar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario