Al llegar a Palos nos lo recomendaron, y después de dar un paseo
por el pueblo, que se encontraba bastante desierto, optamos por ir a cenar a La
Pinta.
Aparte de la comida, que tuvo un nivel aceptable, valorar el
servicio y la simpatía de su Dueño, Manuel, que nos obsequió al final de la cena
con unos magníficos tomates de la tierra.
Cenado en la terraza, y como había poco tráfico, estuvimos muy a
gusto y con buena temperatura, para ser agosto.
Probamos la Gamba de Huela, boquerones, acedías (gustó mucho
este pescado típico de allí. A mí no), choco, etc. La excepción con el atún,
que para mi gusto estaba muy hecho, aunque estaba jugoso.
Recomendable si te acercas a ver un pueblo de conquistadores. COLON
salió de sus aguas, y los Hermanos Pinzones, tienen su casa para visitar.
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