Como estamos de vacaciones, y con el positivismo a tope, soy capaz de perdonar los muchos fallos de lo que se dice llamar un restaurante.
Si lo pongo en el blog es porque la comida no está mal, y el precio es super barato.
Mi mujer encontró este restaurante con buenas referencias en internet, y allí fuimos. No está en el centro, pero se llega rápido andando.
Un punto es que nos dejan meter dos perritos, y nos dan mesa en el patio "corral de las pitas".
No hay lujos de ningun tipo. Mesa sin mantel, servilletero tipo barra de bar, la comanda la marcas tú en un folleto impreso, etc.
Aunque parece que no es habitual, nos pusieron platos, ya que los pedimos.
El orden de los platos, imposible de entender. Aunque habíamos pedido raciones dobles, traían una de una cosa , otra de otra, después la segunda de la que habían servido primero, etc. El tomate aliñado casi al final, y por supuesto la segunda ración distanciada de la primera y con un aliño distinto.
Dicho todo esto, y con un servicio bastante deficiente, los platos estaban ricos.
Comimos chipirones, cazón en adobo, tomate aliñado, patatas aliñadas, choco, acedías y boquerones. Como decía antes todo bastante bueno.
En fin. Una comida rica, mal servida, en un local tipo bodega antigua, y barato.
Si vas o no, es tú elección. Yo probablemente repetiría, pero no me atrevo a recomendarlo.
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