Lo recordaba de hace unos siete años, y hemos vuelto ahora, en 2016.
Es un restaurante italiano, y aunque no son todos iguales, los platos suelen repetirse. De aquí recomiendo las pizzas, suelen ser de masa fina y bien cocidas, en horno tradicional. Los platos son abundantes y bien presentados.
El servicio muy amable y el comedor principal es la terraza cubierta que tiene.
Está pegado al paseo de la playa y muy cerca del pueblo.
Precios muy razonables. Cuatro personas pueden comer por menos de 90,00 euros.
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