INGREDIENTES
- 750 gramos de pechuga de pollo cortados en presillas medianas (un dedo de grosor)
- Una cebolla picada en juliana
- Dos dientes de ajo cortados en láminas finas
- Un tomate grande cortado en dados pequeños
- Una cucharada de concentrado de tomate
- Una raíz de jengibre pequeña rallada
- 150 c.c. de leche de coco
- 150 c.c. de caldo de pollo
- Cilantro picado muy fino
- Aceite de oliva virgen
- Una pizca de sal
Especias
- Garam Massala (mezcla de especias)
- Palo de Canela
- Comino
- Pimienta
PREPARACIÓN
La mejor herramienta para hacer esta receta es el wok. Con esta sartén asiática podremos controlar el estado de los ingredientes y evitar que éstos se peguen y quemen.
Previo al inicio de la cocción salpimentar el pollo al gusto. Pon tres cucharadas de aceite de oliva en el wok y precalienta dos minutos con el palo de canela para dar el primer golpe de sabor al plato. Retirar la canela y hacer un sofrito con la cebolla hasta que esté bien pochada (transparente). Es el momento de añadir el ajo picado en láminas finas, el cilantro, el jengibre rallado y las especias. Hay que ser cuidadosos. Añadimos media cucharada de café de cada una para no saturar. Remover bien durante dos o tres minutos para que no se pegue ni se quemen las especies.
Ya tenemos la base aromática y de sabor. Para culminar la salsa añadimos el tomate cortado en dados muy finos, la cucharada de concentrado de tomate y los 150 c.c. de caldo de pollo. Dejamos que todo ligue en unos minutos y añadimos el pollo. Es la hora de probar el punto de sal para corregir si es necesario. También es la última oportunidad para añadir algo más de potencia con las especias. Cuando el pollo esté cocinado hay que añadir la leche de coco y llevar al hervor para que reduzca bien. Ya sólo bastan un par de minutos más para que el plato esté totalmente listo. Al servir se puede decorar con un poco de cilantro picado
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