La descubrimos por accidente. Después de varios intentos para cenar algo, ya a unas horas en las que prácticamente todos los restaurantes de la zona nos dijeron que tenían la cocina cerrada, llegamos aquí.
La atención muy buena. Nos avisaron para que pidiesemos todo a la vez, ya que iban a cerrar a cocina, pero luego el servicio fue normal, manteniendo los tiempos a la hora de traer los platos. Cenamos a base de tapas, y todas buenas. Lo mejor la fritura, sobre todo el cazón. La ensaladilla de rape y langostinos, muy original, y unas alcachofas con jamón, aunque algo aceitosas por el confitado, muy muy buenas.
El concepto de taverna andaluza muy logrado, en un ambiente muy auténtico y agradable.
Como las reseñas que he visto no son buenas, volveremos a comprobarlo, ya que para nosotros es un lugar muy recomendable. La cerveza, como se tira en el sur.
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