Hago referencia por un recuerdo muy lejano, hace unos 9 años. Todo lo que pedimos nos maravilló. Desgraciadamente no hemos vuelto, así que supongo que los platos han variado, y no sirve de referencia.
En ese recuerdo está un atún recubierto de pistacho, un pastel de rabo de toro, y unas cigalas, a las que mi hija, de entones un año, no dejaba de chupar las patitas.
Sobre la sala y el servicio los recuerdo como muy cuidados, con cierto estilo clásico en su decoración y con una situación junto al paseo marítimo, inmejorable.
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